sábado, 15 de agosto de 2015

Canta oh diosa la cólera de Aquiles Pélida

Me encuentro hoy con este reportaje de "El País" en el que se habla de varios libros recientemente publicados que giran en torno a la guerra de Troya. Y resulta que hace poco me leí uno de ellos y pensé: "Es curioso, cómo parece que esto no pasa nunca de moda".

cultura.elpais.com/cultura/2015/08/14/babelia/1439562665_225234.html

En concreto el libro que me leí fue este: "La guerra que mató a Aquiles. La verdadera historia de la ‘Ilíada’", de Caroline Alexander. Está muy bien, compara la guerra de Ilión y las experiencias de los que participaron en ella que nos ha dejado el texto de Homero con otros conflictos bélicos de la historia. En este sentido quizás dé la impresión algunas veces de que se centra demasiado en la guerra de Vietnam, pero hay que entender que la autora es americana, y que nació en el año 1956, por lo que, cómo ocurrió a muchos estadounidenses de su generación, tuve que afectarle bastante el conflicto asiático.

En el libro se presenta a Aquiles cómo un soldado cansado de una guerra que él entiende sólo es en beneficio de unos pocos. Muchos han muerto ya, muchos más morirán, y los únicos que sacarán algo de ello serán, en el caso de que ganen los griegos, los reyes y grandes jefes militares, como Agamenón, el líder de los aqueos; y en el caso de que ganen los troyanos, sobre todo Paris, que podrá quedarse con Helena y sus riquezas. Y comienza con las palabras que dan título al artículo, invocación que hace el narrador, o aedo, para referir el enfado del Pélida (Aquiles es hijo de Peleo) con Agamenón por culpa del reparto del botín de una expedición de saqueo. En concreto, de una esclava, Criseida.

Realmente en muchas traducciones el comienzo de la Iliada es éste otro: "Canta oh musa, la cólera del Pélida Aquiles", y no es que yo esté en contra de esta corriente mayoritaria, pero recuerdo estas otras palabras de haberselas oído recitar a algún actor español en alguna película, y me impresionaron. Quizás fue Fernando Fernán Gómez, no sé.

Lo que sí, cuando estaba leyendo el libro me venía muchas veces a la mente una canción que me gusta mucho de Mark Knopfler, "Done with Bonaparte", que "canta" (también, como la diosa o musa) un soldado de Napoleón desengañado después de haberle seguido en todas sus campañas militares, lo que le ha costado heridas en cuerpo y alma, por separarse durante años de su amada en Francia y ver morir a muchos de sus compañeros.

Y dice en su estribillo:

Save my soul from evil, Lord
and heal this soldier's heart
I'll trust in thee to keep me, Lord
I'm done with Bonaparte.

Aparta mi alma del mal, Señor
y cura el corazón de este soldado
confiaré en ti como mi sostén, Señor
Ya he terminado con Bonaparte.

La misma diosa que tenía que cantar la cólera de Aquiles no lo habría expresado mejor. ¿O sí?.


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